Arquitectura, medio ambiente y nuestra huella en él.
¿Podemos imaginar la arquitectura como nuestro elemento de protección contra las condiciones climáticas y al mismo tiempo proteger al medio ambiente del impacto que generamos diariamente en el mundo?
Es imperativo cuestionar nuestra huella de carbono en el mundo, para lograr entender la necesidad de adaptar estrategias hacía la sostenibilidad en todos los ámbitos de nuestras vidas. Solamente para contrarrestar el impacto de una persona al día se requieren 22 arboles para suplir nuestra demanda de oxigeno necesaria.
El sector de la construcción y los edificios en los que habitamos consumen el 36% de la energía del planeta y producen la mitad de las emisiones del dióxido de carbono (CO2) expulsado a la atmosfera. Siendo este él más importante para desempeñar un papel en la reducción de la amenaza del cambio climático. La mejor estrategia para esto es el la implementación de la Arquitectura Bioclimática.
La arquitectura Bioclimática busca aprovechar los recursos naturales disponibles de la región en la que se encuentra. El sol, vegetación, lluvia, viento, orientación, clima, ubicación y envolvente utilizados a favor del diseño pueden generar el confort necesario dentro de los edificios para reducir el consumo de energía de sus habitantes y lograr eficiencia energética.
Consiste en diseñar a partir del conocimiento detallado de estos factores y sobre eso crear estrategias bioclimáticas, así mismo es importante utilizar materiales de la región, buscar disminuir el porcentaje de residuos generados en la construcción y hacer uso de tecnologías que nos ayuden a almacenar o a ahorrar energía dentro y fuera de los edificios.
El diseño bioclimático eficiente se adapta a su entorno considerando varios factores, entre ellos:
La orientación es clave para lograr el confort dentro de las edificaciones ya que el diseño de aperturas en el edificio, tomando en cuenta la posición del sol y la ubicación de los vientos dominantes del lugar, se puede aprovechar al máximo la luz solar y al mismo tiempo protegerse del calor. Así mismo generar ventilación cruzada, que ventila naturalmente todas las áreas de la construcción.
Las condiciones climáticas para considerar el aislamiento térmico dentro del edificio para retener el calor o impedir su entrada dependiendo del clima y la estación del año.
El gasto energético y residuos en la construcción pueden disminuir dependiendo de los materiales y a la vegetación, utilizando elementos locales se logra minimizar el gasto de energético del transporte.
Energías renovables. Integrar este tipo de sistemas ya sean solares, geotérmicas, eólicas o hidráulicas, ayudan a almacenar y generar la energía necesaria para contrarrestar el uso del edificio.
Siendo así la arquitectura bioclimática un factor fundamental para la reducción de nuestro impacto ambiental, del confort térmico de un edificio y de la conservación de los recursos naturales. Es por eso la importancia de invertir en el diseño eficiente y funcional de cada aspecto de las ciudades para poder crecer y evolucionar pacíficamente junto con nuestro medio ambiente.
-Arq. María Andrea Gameros Gómez
Master en Arquitectura Avanzada